Impresiones de mi primer Día de la Madre

Ya he comentado como pasamos el Día de la Madre. En general fue muy tranquilo y familiar.

Pero a nivel sentimental fue una pasada!!! Con los nervios de ser madre me olvidé de que día era, así que pensé que el día 1 era el Día de la Madre (creo que esto se debe a la vejez diga lo que diga M. Carmen). Desde el lunes de esa semana ya estaba nerviosa esperando a que llegara el viernes y Claudia apareciera con su regalo hecho en la guardería. El viernes 28 lo primero que hice al llegar a casa fue preguntar por mi regalo. Antonio me aclaró mi error y tuve que tragarme mis nervios para poder esperar una semana más.

El martes 2 empezaron de nuevo los nervios. Y por fín llegó el viernes. Cuando llegué a casa Claudia ya estaba acostada. Le pregunté a Antonio y me dijo que al parecer Claudia no había hecho ninguna manualidad para el Día de la Madre (qué malo malísimo que es). Por supuesto no lo creí y empecé a buscar en la mochila de Claudia y por el salón hasta que di con él.

Había hecho una flor preciosa pintada a tempera con sus manitas, y con ceras. No me la comí a besos porque estaba dormidita pero cuando despertó no se quedó sin su buena ración de besos y achuchones maternales.

La verdad es que me he sentido muy bien en mi primer Día de la Madre. No es que necesite tener un Día de la Madre para sentirme como tal, no hay ni un solo día que me olvide de que soy madre, ni de que ésto es lo que quería ser desde hace mucho tiempo, tampoco me arrepiento de haber sacrificado parte de mi vida laboral por seguir este deseo...

Es extraño como puede cambiarnos la vida, hace algo más de un año pensaba que mi trabajo era muy importante y aunque intentaba que no anulara mi vida privada a veces me era muy difícil conseguirlo. Ahora no dejo que nada ni nadie me quite ni un segundo de mi vida privada, de mi condición de ser madre e incluso, diría de mi condición de ser mujer... las prioridades han cambiado, mi familia es lo primero y lo más importante... después está el resto del mundo.

Si un día cualquiera puede convertirse en algo especial porque hace que me pare un momento y me permita mirar a mi alrededor y ver lo que tengo, pues entonces es que es un gran día. Lo que sería realmente increíble es conseguir sentirme igual aunque sean 5 minutos cada día. Todo será cuestión de probar....